jueves, 17 de junio de 2010

La vuelta a la manzana. (Bruno Varela)

Generalmente no salgo mucho de mi casa. Realmente no lo necesito. El día que me mudé a mi apartamento hice un trato con la señora Lefevre para que fuera ella al mercado y comprara mi despensa. Tambien, cuando necesitaba algo en especifico, sobretodo libros, ella con gusto los buscaba y me los llevaba a mi casa. Al principio de cada mes le daba 50 francos para que me comprara lo que necesitara, y le ofrecía que se quedara con lo que sobrara del dinero.

Realmente nunca necesito salir de mi casa. Mi casa es mi própio despacho jurídico. Ahi recibía a la gente con sus problemas, sus estupidos problemas. Divorcios, Denuncias, Demandas, Contratos, Despidos, etc. La verdad es que solo salgo a la calle cuando me toca ir con el juez a ponernos a tanto, y a los juicios. Gano bastante bien para mi corta edad entonces puedo darme la libertad de jugar a "Don Independiente" y escojer los casos que quiera, arreglarlos todos en mi despacho, y mandar a mi estupido asistente español, Alfonso, a que se haga cargo del resto. El idiota de Alfonso tambien gana bien, alrededor de 400 francos al mes.

No me preocupa no tener amigos, ni una pareja amorosa. Ya viví esas estupideces en mi adolescencia. El amor del adolescente es solo un juego de banalidades, finalmente uno si se enamora realmente termina siendo lastimado, y luego uno mismo se va lastimando mas cuando ve a la "amada" con otro imbecil. Y los amigos se basan en una relación de confianza dependiente de los favores que uno le haga al otro y la reciprocidad. Siempre me ha dado mucha pena pedir un favor "gratis", tambien me molesta salir a sus lugares "Hip" donde conocen a gente estupida, consiguen sexo de una noche, y pueden beber casi una alberca entera llena de alcohol...

Salgamos a dar la vuelta, ¿si? - me preguntas

- Por fortuna vivo en el segundo piso, entonces los días que me atrevo a salir no tengo que caminar mucho para salir a la calle. Debo admitir que si me gusta ver desde mi ventana a la gente pasar por la pequeña avenida.

Si volteas hacia arriba en unos momentos verás que la señora del edificio frente al mío. Va a tender una toalla. Es una mujer muy solitaria.
Y bueno, el señor que vende fruta que verás en unos momentos a la derecha, tiene relaciones con la hija adolescente de unos vecinos de mi edificio. Siempre escucho como se pelean ella y sus padres por cosas estupidas, despues se puede escuchar como sale la muchacha del departamento. Luego se ve desde mi ventana como cruza la calle, va con el señor, le cuenta algo, y los dos se van a un callejón, como a los cinco minutos sale siempre la muchacha acomodandose la ropa, o el brassiere. Y el señor siempre sale del callejón descaradamente abrochandose el cinturón del pantalón. Es muy enfermo como alguien puede desquitarse de sus figuras paternas con su cuerpo. Pero bueno... como dice el viejo dicho: "Cada quien construye su propio infierno".

Este parque me gusta, casi no se ve desde mi edificio, pero cuando voy hacia los juzgados siempre tengo que pasar por aquí. Generalmente hay un mimo, es extraño que hoy no. Creo que desde que esa vez que un niño lo hizo enojar, y el mimo le gritó, no se ha vuelto a aparecer.

Ahhh, ¿ves a esos enamorados? Se ven lindos, ¿no?. El muchacho vive en ese edificio. Una vez me tocó salir hacia juzgado de noche, y lo vi llegar a ese edificio acompañado de un gigoló. Menuda sorpresa la que se llevaría su novia, si se enterara.

-Gracias por acompañarme a dar la vuelta. - Dices.

-Denada, debo volver a mi departamento.

Subiendo las escaleras, ví a la adolescente llegar al departamento donde vive con su familia, y vi a la pareja pasar enfrente de la puerta de mi departamento. Quizá necesito salir mas seguido, es divertido platicar con alguien, que no sea ese imbecil españolete Alfonso.

Ahhhh, mi hermoso departamento, me gusta como está amueblado a mi estilo. Espera... alguien entró...

-¿Señora Lefevre, es ustéd?
-Corre a tu cuarto... respondió una voz femenina.
-Que es lo que... - Intenté preguntarle.
Estaba la Señora Lefevre desnuda en mi cama con una botella de vino.

-Creo... que necesito salir a dar una vuelta... -En ese momento doy una vuelta y salgo de mi departamento.

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