sábado, 30 de octubre de 2010

La peor perdida de mi vida.

Entre putas, llegamos a Lago Guadalupe. Pueblo fiestero que cada noche florece su juventud embriagada. La fiesta nos llamó a los disfraces... cosa que no cumplimos mas que siendo mineros, y encontramos a mi facultad de Derecho en ella. Un pene, mineros, vaqueros, y un panda con tatuaje de zombie. Todos unos chacas.

La salida de la fiesta. Un completo desastre. Coches hechos añicos por los rufianes de Izcalli. Dando vueltas y perdidas por el pueblo. Un taquero de mala fe que nos engañó, y un drogadicto pidiéndonos aventón.

Lo peor de todo, la vida nos estafó. Salida a Queretaro. Sin encontrar retornos a la civilización.
Un dispensador de gasolina, a nuestro destino nos llevó. Un retorno noble. Y un copiloto ebrio.

A Punta Norte, encontramos la salida. Y de nuevo a Lago de Guadalupe vimos la deriva.

Llegué a casa con mucha pena, y con un ebrio con plática que centella.

Te quiero Sekar, todavía sirves estando ebrio. :)

Llegué a casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario