La sugestión. (Bruno Varela)

1

-Pocas veces pasa esto... - le dije a mi familia, todavía estaba asustado y las lágrimas no paraban de salir de mi. - ¿Quien pudiera ser tan cruel como para hacerle eso? -continué.
-Hijo, te entiendo perfectamente, era una buena muchacha -Respondió mi padre.
Pocas veces en mi vida había visto a mi padre llorar frente a nosotros. Alguna vez lo escuché llorando con mi madre porque no todo salía bien en su empresa. Pero hoy fué todo distinto. El tambien la quería de cierta manera, era una muchacha muy atenta con ellos.
-¿Qué hago, papá?... sus papás no me quieren ni ver, y creo que quieren levantar una demanda.-le dije.
-Los entiendo, hijo... lo siento mucho, pero los entiendo. - continuó mi papá diciendome, estaba abrazandome... las lágrimas de uno empapaban el hombro del otro. No sabíamos que hacer.
-No fué tu culpa, pero al mismo tiempo si... -me dijo - debiste prestarle mas atención antes de dejarla irse por su cuenta, en un lugar que no conocía, y a tan temprana edad. - siguió - Ve a intentarla dormir, amigo. -Terminó.

Mi papá me decía seguido "amigo", esa era una palabra especial que solo utilizaba en determinadas situaciones. Mi papá, a pesar de todas mis faltas con el, siempre me tendió la mano. A comparación de otros padres, que trataban a sus hijos con "el respeto debido, pero sin rebajarse". -Intentaré dormir, amigo. -le respondí. Pero la angustia no me dejaba ni dar un solo paso.

2

-¡Porfavor dejenme en paz! ¡No tienen idea de lo que estoy sufriendo! -Les rogaba a todos aquellos "Bobbys". -Porfavor... no soy alguien malo... -les replicaba.

-¿Porque te dejó solo? -me seguían preguntando. La habitación era oscura y solo veía los ojos de los agentes policiacos observando. Cada uno se turnaba para hablar, pero todos repetían lo mismo.

-Debe haber alguna razón... no puedes mentirnos, eres pésimo-continuaban.

-No tengo ninguna razón, todo estaba muy bien... estabamos juntos, dijo algo pero no le presté la debida atención y se alejó de mi. Pensé que no tardaría, por eso no la acompañé. -les expliqué con un poco de mas calma, llevaba repitiendo esas palabras por horas. Por eso al final ya no estaba tan agitado como al inicio, que... para variar, tambien estaba llorando.

-Los hechos indican que tu fuiste y la agrediste. Fuiste la última persona con quien ella aparentemente tuvo contacto. -siguieron los policías.

-Sinceramente desconosco todo, me estoy desconociendo en este momento. Estaba distraido, quizá un poco ebrio. -terminé de explicarles.

-Lo que dice es lo que sabe. Parece desconocer los hechos. Noté su mirada al explicarnos, hablaba con sinceridad. - Dijo un negro. Sinceramente no parecía policía, quizá era un psicologo, no llevaba uniforme. Era el mas noble de todos.

-Mira imbecil, deja de lloriquear... estoy harto de tus lloriqueos de niña. Pareces retrasado. - dijo un oficial con barba de candado y pelo rizado. - Estoy muy familiarizado con tu expediente, demasiado. Y siempre tienes este comportamiento... Estupido borracho asqueroso. Ella merecía algo mejor. Será mejor que dejes de llorar y, para empezar, decirnos lo que pasó... despues, aceptar las consecuencias - insistió

-Ya dejenlo ir, pobre idiota. -Dijo otro oficial.

Todo el juicio y el duelo duró cerca de un año. Un año de recuerdos y lagrimas. Nunca se supo nada... hasta donde supe. Quedé libre de cargos, pero sentía que no debía estarlo.

3

Pasaron 10 años desde que pasó aquel incidente en ese "Venue" londinense. Sinceramente la memoria me ha sido algo infiel a lo largo de los años. Aveces creo recordar que pasó realmente, pero finalmente concluyo que es solo mi propia cabeza sugestionandome falsamente, según lo que creía recordar.

La televisión de mi cuarto estaba encendida. Yo preparaba mis cosas para ir a trabajar. El noticiero estaba puesto.

-El caso Williams, sucedido hace una decada en el 100 Club fué re-abierto debido a una recusación y una petición de la Familia Williams a la Corte, sin embargo, la carencia de evidencia hace que un progreso dentro del caso no salga a la luz. -escuché decir en la televisión desde mi baño. Asomé mi cabeza hacia el televisor, pero continuaron con otras noticias. Al parecer era lo único que pudieron ofrecer en el noticierto.

-Dios mío. - pensé (si, había madurado de mi "Ateísmo de adolescente" hacía algunos años.) - Pensé que todo había pasado ya, que no volvería.

Ese día era el cumpleaños de un buen amigo que vivía a 3 horas en avión, en Austria. Cumplía la misma edad que yo ya, para ese entonces, contaba. Desde hacía varios días le había prometido que iría a su festejo. El tambien la conoció, pero preferí ignorar tocar ese tema. Había pasado mucho tiempo, y no quería arruinar su cumpleaños platicandole de aquello.

4

-Willkomen! - me recibió mi amigo con una sonrisa en la cara. El y yo sabíamos que el no era austriaco, pero le gustaba bromear. - ¡Me alegro tanto de que pudieras venir! Hace meses que no sabía de tí. La correspondencia inglesa ha decaido estos ultimos años. - Bromeaba sin parar de sonreir.

-Hola querido amigo. ¡Lo prometido es deuda! - le dije. En ese momento vi como corrío una niña hacia la escalera de madera, era muy agil, esquivó a todas las personas que estaban en su camino. Y subió por las escaleras. Esa agilidad de gato logró que nadie, mas que yo, volteara a verla. Continuamos durante horas con la celebración.

-¿Y ya por fín, tienes hijos? -Me preguntó mi amigo con curiosidad.

-Ni mujer tengo, no he tenido mucha suerte con ellas. - le respondí con una rísa nerviosa. Noté que su comentario lo apenó.

-Ya verás que pronto llegará alguna suertuda, amigo. - me dijo sonriendo.

-¡Ni me lo propongas! - le dije riendo a carcajadas. El tambien se rió, pero se notaba un poco su incomodidad. Y se excusó para ir al baño.

Volvió a pasar la niña. La mente una vez mas me atemorizó. Se detuvo y me vió. Me sonrió y me saludó solo con una sonrisa.

-¿Eres tú? - le pregunté estupidamente. Tenía un inmenso parecido con ella. Entrando mas a la luz, tenía una cicatriz entre la naríz hasta su cuello.

-No. Soy solo yo. - me respondió

-Lo siento, te confundí con alguien a quien no he visto desde hace años. - le dije finalmente. Pidiendole en mis interiores que no se acercara mas a la luz. Era horrible ver su deformidad.